Mi papá era muy aficionado a la pesca de la trucha y el resto de la familia lo éramos al excursionismo. Pasábamos las vacaciones entre lagos y tarteras, descubriendo las cimas más altas y los lagos más grandes. Aquella época inolvidable fue la más feliz de nuestras vidas. La familia se enamoró del Lago Llebreta, de los prados, los pastos y las montañas del Valle de Boí y decidieron construir el pequeño edifico familiar en un terreno que se llamaba “Las Pegueras” allá por los años 80.
Todo comienza en 1986 cuando mis padres, Margarita y José abren el alojamiento a los turistas estivales que para aquel entonces pasaban un mes entero de vacaciones y se convertían en amigos de la familia. En el año 1991 y con la inauguración de la estación de esquí de Boí Taüll, la familia decide abrir también en invierno para alojar a los esquiadores.